Siggiewi

Għar Lapsi es quizás una de las características más imperdibles de Siggiewi, con su cueva y piscina natural de aguas cristalinas verdes y azules. También puedes disfrutar de un paseo por los acantilados y admirar la isla de Filfla en el horizonte.

Siggiewi está situada en un plateau flanqueado por dos valles relativamente profundos, Wied il-Hesri y Wied Xkora, no muy lejos de Mdina, la antigua capital de Malta. De hecho, en Siggiewi se encuentra el palacio de verano del Inquisidor que data de 1625, que hoy en día es la residencia oficial del Primer Ministro de Malta. Mientras tanto, el Palacio Verdala construido por el Gran Maestro de Verdalle en 1586, es la residencia de verano del Presidente de la República de Malta, con su hermoso bosque de Buskett debajo de él.

Siggiewi ya estaba establecida en el siglo XIV, habiendo absorbido varios pequeños caseríos de los cuales solo quedan sus capillas como recuerdo. Luego, a finales del siglo XVIII, el Gran Maestro Ferdinand Von Hompesch proclamó a Siggiewi como ciudad y le dio su propio nombre, por lo que se conoció como Città Ferdinand.

Además, hasta hace varias décadas, muchos habitantes trabajaban en los campos que rodean la aldea, y muchas de las hermosas granjas rústicas de la zona son un claro reflejo de esto. Si logras entrar en una de esas granjas, generalmente ubicadas en estrechos callejones, seguramente debes admirar las grandes losas de piedra con las que están construidas, los arcos, el patio interior... un verdadero sabor de cómo era una vivienda rural en Malta. Hasta 2001, el lema de Siggiewi era 'Labore et Virtute' (Trabajo y Virtud).

Al recorrer la parte antigua de la ciudad, fíjate en las hornacinas, algunas de las cuales datan del siglo XVII. El santo patrón del pueblo es San Nicolás de Bari, con una iglesia parroquial construida por el famoso arquitecto Lorenzo Gafa y la pintura titular Il Calabrese de Mattia Preti. Las ruinas de la parroquia anterior todavía son visibles.

Para una experiencia inolvidable, visita Siggiewi durante la festa de San Nicolás que se celebra el último domingo de junio, aunque las festividades realmente duran toda una semana. En este tiempo puedes experimentar la tradicional festa maltesa con la imponente Iglesia de San Nicolás de Bari bellamente decorada e iluminada, el pueblo decorado de manera exuberante, la música de las bandas de viento, procesiones y fuegos artificiales.

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